Aizona, EU.- Lyndee Pellettiere-Swapp de 47 años, originaria de Arizona, fue encontrada en su casa desmayada por su hijo Steven, y casi sin signos vitales.
Cuando él la ingresó en el hospital, los médicos informaron a toda su familia que Lyndee estaba en coma, un estado en el que ella permaneció durante 12 días. Finalmente, los médicos le dijeron a la familia que no había nada que se pudiera hacer.
En el hospital sufrió varias convulsiones, y después de 12 días hospitalizada, los médicos dijeron que sus órganos vitales estaban fallando.
Fue entonces cuando informaron a la familia que lo más probable es que nunca despertaría y que deberían quitarle el soporte vital.
Sin embargo, la mujer podía oír todo lo que pasaba a su alrededor, pero no podía responder ni moverse.
Tras el diagnóstico médico y las pocas esperanzas que daban para que la mujer despertara, su marido y sus hijos decidieron seguir las recomendaciones de los expertos.
Sin embargo, justo antes de apagar los aparatos, Lyndee pronunció tres palabras que dejaron atónitos a todos:
Soy una luchadora.
Su recuperación fue larga y difícil, con varias internaciones y cirugías desde que se despertó, pero su esposo y sus dos hijos agradecen que Lyndee siga viva.
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